me dejas descubrirte … allanarte
pisar tu suelo, penetrando en tu interior.
En tu cámara secreta, entre tus sábanas
me escondo de las miradas sin rostro.
Me acoges, me acaricias como a una niña,
pero al instante, tu instinto renace en ti
y me entierras en tu cuerpo, me escondes,
me devoras como el pan remojado en vino,
con prisa y lentamente, con odio y con amor,
te vas llenando de mi, saciando tus antojos.
con prisa y lentamente, con odio y con amor,
te vas llenando de mi, saciando tus antojos.
El opíparo banquete de una noche sin luna
llega a su fin llegando el amanecer,
mañana, habrá más por degustar …
a la misma hora y en este el mismo lugar…