Te miro y te vuelvo a mirar.
Veo tu rostro varonil y firme,
veo tus brazos fuertes alrededor de mí,
veo tus ojos oscuros y serenos,
veo tus labios dibujados con mis dedos.
No me canso de tenerte a mi lado,
de sentir tu calor en esta noche fría,
en esta noche sin estrellas,
en este silencio que a gritos nos despierta.
y viéndote así, me aprieto más a ti
y te envuelvo con mis brazos,
para no dejarte ir jamás.
¡ay! si mis brazos fueran tenazas.
que te aprisionaran junto a mi.
si mi cuerpo fuera tu morada,
y mi regazo tu bienestar
seguro aquí te quedarías
para no irte jamás…
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